Akita es una población del norte de Honshu, la mayor isla de Japón. En esta isla son conocidos desde hace siglos los spitzs japoneses de cola enroscada sobre el lomo, grandes y poderosos, utilizados ya en el siglo XVII para la pelea. Cuando esta macabra afición cayó en desuso, el Akita se convirtió en un gran perro guardián de propiedades, no menos valorado como perro de caza mayor, sobre todo de jabalíes y venados, así como utilizado por las fuerzas del orden como perro policía, evolucionando de manera lógica hacia perro con gran peso en las exposiciones caninas y como perro de compañía.
Uno de los grandes responsables de que el Akita dejase atrás su pasado belicoso sin que ello afectase al número de ejemplares, sino todo lo contrario. Hablamos de Hiroshi Saito, estandarte de la expansión de la raza en la década de los años veinte del siglo pasado.
El Akita Americano, origen y desarrollo en España
Luis Matilla (Herederos de Deweba)
El Akita Americano es una raza joven con su actual nombre, pero cuenta con una larga historia tras de sí con otras denominaciones resultantes de presiones políticas o de orgullos nacionales (básicamente de EEUU y Japón) mal entendidos. Sin entrar en ese tema, resumiremos un poco la evolución de la raza y sus principales impulsores con las diferentes denominaciones:
Por otro lado, una mujer que es una leyenda en la Cinofilia Mundial, y especialmente en su país, México, por muchos motivos diferentes, Ikerne Zugasti de Garmendia, se viene a vivir a España e importa, entre otras razas, varios ejemplares de Akita Oscuros muy grandes y con mucho hueso. Todos tenían en común a su padre, “Masuda”. Nace la llamada “línea Masuda”. Estos ejemplares dan lugar al único afijo que ha tenido en España y probablemente en Europa campeones con todas las denominaciones de la raza: Maynefus (Manuel Cañamares).
Una segunda generación viene detrás de estos precursores, con afijos como Japacán (Manuel Canuto), Orokita (Manuel Pecino), Ikewana from Honshu (Joaquín Prieto) o Kaners (Francisco García).
Todos ellos sufrirán los avatares de la política y de una época floreciente para la raza, con más de 200 ejemplares inscritos en LOE (una situación única en Europa, ya que por la influencia americana éramos el único país europeo donde dominaba la línea americana de Akita sobre la japonesa), pasamos a la proscripción de la máscara negra en Exposiciones y a una época confusa donde la mayoría de los criadores deja la raza o al menos deja de exponer desanimados por la situación.
En esta segunda época, los tres afijos que continúan compitiendo con más asiduidad son Kaners, Maynefus y un nuevo criador, Ying Tao (José del Moral). Un perro criado por Ying Tao será Multicampeón y Mejor Perro del Año en Italia. Su nombre, “Jagger”, y su propietario, José Luis Arrabal (Kyodai Akitas). Otro perro español fue campeón de Europa, “Aker de Hortzack”, propiedad de Manuel Cañamares (Maynefus Akitas).
El año 2005, con la nueva denominación, empieza una nueva época de impensable virulencia y actividad, con múltiples importaciones y nuevos nacimientos, y nacen un montón de nuevos afijos y criadores que van dando unos resultados a nivel europeo y mundial. Asimismo, aquellos criadores que competían con el Gran Perro Japonés siguen en activo ayudando a los neófitos en su entrada en el maravilloso mundo de esta raza. Se articula y crea un Club, el CPAA (Club para la Preservación del Akita Americano) que agrupa la práctica totalidad de los criadores de la raza.
La mayoría de las importaciones se realizan de los dos países más punteros en la raza, que son EEUU y Reino Unido, aunque también se han realizado excelentes importaciones de México y Polonia. Como resultado de este resurgir, nuevos afijos y criadores como Aldecocd (Alexis Delgado), Dos Ancestros (Manel Sanmartín y Diego Bugarín), Miyamoto (Luis Matilla), Kyodai (José Luis Arrabal), Zasen (Constantino Zaera), Shotta Dogs (Raúl Varela y Eduardo Estévez) y muchos otros aficionados se incorporan a la raza, y con ellos los rings de Akitas son cada vez más numerosos y de más calidad.
El CPAA para ello no ha dudado en traer a España a los más importantes jueces y criadores a nivel mundial de la raza, tanto a juzgar como a dar seminarios, y los resultados están ahí:
Como vemos, esta joven raza tiene un camino que recorrer en España, pero los primeros pasos están dados con firmeza.