Esta pregunta es muy recurrente: ¿es beneficioso para mi perro que coma huesos? ¿Es malo?
Vamos a desgranar esta cuestión conociendo los beneficios nutricionales de los huesos, que peligros tienen los huesos, ventajas e inconvenientes…
Y es que los huesos sí pueden ser un peligro, inlcuso mortal.
He tenido 8 perros a lo largo de mi vida y hay adoptantes que nunca han tenido problemas con sus perros, en cambio yo, tuve dos grandes sustos con mis perros y su experiencia con huesos.
Uno, sangraba por el ano tras engullir unas costillas de palo que nos robó del cubo de la basura, y el otro, con un hueso de codillo que pensé que era seguro, le produje desgarros en el esófago.
Muchos adoptantes ofrecen a sus perros comida casera y eso incluye los huesos.
Sin embargo, es importante que el adoptante conozca cuáles son los huesos que el perro puede consumir sin que eso signifique algún tipo de peligro y cómo dárselos.
Los huesos son alimentos que los perros prefieren, no solo por ser algo que pueden comer sino porque son muy entretenidos para ellos.
Muchos perros a lo largo de su vida comen huesos y nunca pasa nada.
Lo comen perfectamente y sin ningún problema, pero otros perros no han tenido la misma suerte, como paso con dos de mis perros.
Siempre es importante tener presente que, así como los humanos pueden pasar su vida comiendo normal, puede también que en algún momento ocurra algún atragantamiento.
Es algo normal que simplemente puede suceder y lo mismo puede pasar con los huesos y los perros.
Nota: Es importante que el adoptante conozca que no se le debe dar cualquier hueso al perro.
Algunos pueden astillarse muy fácilmente al morderlos y eso puede ser algo súper peligroso para ellos.
Un hueso astillado puede perforar el intestino, puede hacer que el perro se atragante, o dañar algunas partes de su aparato respiratorio y también del digestivo.
Por tal razón, para evitar que algo malo le suceda al perro por comer una de las comidas que más disfrutan, es importante tomar algunas precauciones.
Muchos veterinarios recomiendan los huesos grandes y redondos.
Por ejemplo, los de rodilla y cadera. Estos son más seguros para ellos.
En cambio, cuando los huesos son pequeños, son muy peligrosos por lo fácil que pueden romperse y astillarse.
Además, el perro podría tragarlos y no masticarlos, lo que podría resultar en riesgo de asfixia.
Los huesos cocidos son más propensos a romperse.
Por lo tanto, se les deben dar siempre crudos.
Algunos afirman que los huesos crudos son malos, pero eso solo es un mito (a no ser que el hueso crudo pase muchos días y sea pasto de bacterias).
Los huesos crudos no son peligrosos para los perros y pueden digerirlos fácilmente.
Incluso, hay más probabilidades de que un perro se asfixie con otro tipo de alimento o algún objeto, que con los huesos crudos.
Los huesos crudos tienen muchos beneficios y son muy seguros mientras el adoptante siga ciertas pautas importantes.
En cambio, cuando se trata de los huesos cocidos, esos sí pueden ser muy peligrosos para un perro.
Estos huesos se pueden afilar muy fácil, por lo que podrían lastimar o asfixiar al perro.
Los huesos crudos son digestivos, pero al cocinarlos, pierden esa propiedad puesto a que cambia la estructura molecular del mismo.
Los huesos al cocinarse pierden colágeno y agua.
Sí, la ingesta de huesos tienen muchas ventajas:
Los huesos, para que sean una fuente de nutrientes, deben tener carne, cartílagos y grasa.
Los huesos solos, no aportan casi nada.
Los huesos aportan calcio y fósforo y en cuanto a proteína, aportan mucha.
Pero es poco digestible para el perro.
Por esa razón, muchas dietas naturales no incluyen huesos, o solo en poca cantidad, haciendo más énfasis en carne, verduras y otros.
Algunos estudios afirman que los perros que consumen huesos crudos carnosos en sus dietas, es decir, acompañado de otros alimentos buenos para su salud se potencia su sistema inmunológico.
Esto sin duda, significa un beneficio para enfermedades como el cáncer, entre otras.
Muchos veterinarios aprueban que los adoptantes les den a sus perros huesos crudos, pero otros no los aprueban, alegando que han atendido a perros en sus consultas por daños ocasionados por los huesos, aunque estén crudos.
¡Y yo doy fe de ello! ¡Mi pobre perro Jürguen!
Hay diferentes tamaños de huesos:
Nota: Es importante considerar el tamaño del perro.
Es decir, si el perro es grande, debe comer huesos grandes y si son pequeños, los huesos pequeños.
Lo mismo con los perros medianos. Si un perro grande come huesos pequeños puede ser peligroso y puede ocurrir lo mismo, al contrario.
Lo ideal es que el hueso se adapte al tamaño de la boca del perro.
Los huesos ideales para perros grandes son:
Los ideales para perros pequeños:
Nota: En cuanto a las altas de pollo, es importante que el perro antes haya comido huesos, es decir, que sepa cómo comerlos pero aún así es importante supervisarlos mientras comen.
Nota: Aunque ha quedado demostrado que los huesos crudos, tomando ciertas medidas, son buenos para los perros, muchos adoptantes tienen temor de ofrecerle un hueso a su perro.
En mi caso es por mis malas experiencias.
Pero para que el perro no se pierda de comer algo tan rico y beneficioso, se recomienda la constante observación mientras el perro come.
Así estaremos más tranquilos, con el perro bajo nuestra supervisión.
Por otro lado, hay huesos que son llamados los huesos recreativos, que son para eso mismo, recrearse y entretenerse.
Pero, a pesar de su función principal, también son buenos para los dientes del perro y el sarro.
Los perros pueden comer huesos, es algo que se recomienda, sin embargo, se debe tener en cuenta que su consumo en exceso puede conllevar algunos problemas:
Si se le agrega a la dieta del perro más vegetales y no tanta cantidad de huesos, podría prevenirse la presencia de estreñimiento.
Los huesos en gran cantidad, pueden provocar un exceso de calcio en el perro.
Para conocer si eso le ocurre al perro, se puede ver por sus heces, según el color que tengan.
Si las heces se ven de color blanco, indica que hay algún exceso.
Por supuesto, lo mejor es llevar una muestra al médico veterinario para que pueda confirmar el diagnóstico, o dar con la verdadera causa del color diferente de sus heces.
A pesar de todo, es siempre importante estar atentos ante cualquier tipo de síntoma que el perro pueda presentar tras comer algún hueso.
Si el adoptante observa alguno de estos síntomas, es súper importante acudir al veterinario cuanto antes para prevenir cualquier complicación y/o problema grave.
Cuando el perro nunca ha comido huesos, o no está acostumbrado, es importante que el adoptante invierta tiempo en enseñarle.
Todo proceso es lento y debe ir acompañado de paciencia.
Al final valdrá la pena ver al perro disfruta al comer su hueso sin ningún problema.
El primer paso es evitar darle el hueso si antes no ha comido.
Cuando el perro tiene hambre y le ofrecen un hueso, podría tragárselo o comérselo demasiado rápido.
Por eso, es mejor primero alimentarlo y luego darle el hueso.
Es importante que el perro esté relajado y sin estrés para evitar que mastique con presión o apurado.
Al momento de darle el hueso la primera vez, es mejor que el adoptante, con su mano, lo sostenga de un extremo.
Sin soltarlo, el perro va a comenzar a morderlo y a romperlo.
Es mejor que el hueso sea grande, crudo y, por supuesto, que tenga carne a su alrededor.
Cuando el perro coma con calma el hueso, es importante premiarlo para que continúe de esa misma manera.
Cuando el perro esté terminando de comerse el hueso, es mejor retirarle el último pedazo que le quede para evitar que se lo trague completo.
Al principio se puede dejar tranquilo que coma, pero cuando el hueso ya esté pequeño, es mejor quitárselo.
Otras recomendaciones importantes que se deben tomar en cuenta:
A pesar de que los huesos tienen muchas ventajas, es importante que el perro no solo coma huesos.
El adoptante debe garantizarle una correcta y adecuada alimentación con el fin de cubrir todos los nutrientes que su cuerpo necesita.
De esa manera, se evitan carencias nutritivas durante su desarrollo y crecimiento.
Por otro lado, es siempre importante y responsable, consultar con el veterinario antes de incluir huesos en las dietas de los perros.
Ellos son los expertos en su cuidado y salud y podrán dar las indicaciones correctas para su consumo sano y sin riesgo.