Patología de gran incidencia en la población de gatos

La gingivitis, estomatitis crónica felina, es una patología de gran incidencia en la población de gatos, siendo esta, una afección de un curso lento, que puede ir ocasionando lesiones en la cavidad oral, muchas veces no percibidas por los propietarios de la mascota, tan sólo hasta que empiezan a sentir el mal aliento (halitosis), el sangrado de las encías y que el gato disminuye notablemente los deseos de comer, ocasionándole un estado de desnutrición franco.

La gingivitis-estomatitis es una proceso inflamatorio que se presenta a nivel de las encías en la mayoría de los casos y en algunos también en los tejidos de la lengua de los gatos, a menudo se asocia con ulceración oral difusa, glosofaringitis y tejido de granulación en la orofaringe caudal; esta patología se presenta en gatos de cualquier edad y raza; aunque los gatos de la raza Siamés parecen ser más predispuestos a padecerla.

Su causa aún no está bien aclarada, pero se piensa que existe una alteración en el sistema inmunológico que lo puede estar originando. Se ha pensado que los factores que pueden estar desencadenando esta afección son enfermedades infecciosas crónicas de tipo viral como el Calicivirus, FIV (virus de la inmunodeficiencia felina) y FeLV (virus de la leucemia felina), aunque su diagnóstico tan solo se comprueba en el 75 al 80 por 100 de los casos.

Esta enfermedad se caracteriza por ser un curso crónico, con periodos intermitentes y alternados de curación y daño; con una ausencia de respuesta permanente a los tratamientos instaurados, pues apenas se suspenden los síntomas vuelven a aparecer.

MEDIDAS PREVENTIVAS
La realización del cepillado dental en los gatos es una de las formas más eficientes de prevenir cualquier tipo de afección en la cavidad oral de los felinos. Adicionalmente, permite a los propietarios estar revisando el estado de la salud oral de su mascota; de tal forma es importante que se tenga el hábito de cepillar los dientes de los gatos mínimo tres veces por semana, empleando un dentífrico especial para felinos, ya que el de los humanos contiene fluor y este puede ser tóxico y ocasionarles gastritis.

SÍNTOMAS
Los signos clínicos más representativos de esta afección son el sialorrea (salivación profusa), hemorragia bucal, halitosis, disfagia (dificultad para deglutir), inapetencia o anorexia, dolor en la cavidad oral que es manifestado por rechazo a que le toquen o le traten de abrir la boca para examinarlo.

Cuando el Médico Veterinario y/o el Odontólogo Veterinario hacen la revisión de la cavidad oral observarán un grado mayor de gingivitis e hiperemia en todo el borde de la encía, de igual forma se puede observar retracción gingival, aflojamiento de las piezas dentales, en ocasiones pérdida de piezas dentales y ulceraciones en la lengua.

Sin embargo lo más notorio a la inspección clínica, es que el mayor grado de daño gingival se presenta en las encías de los premolares y molares y en los casos más avanzados se observan lesiones graves a nivel de las comisuras bucales, en el paladar blando, paladar duro, y en la orofaringe.

Texto: Doctor Óscar Alexander Roa Acosta (M.V. – USL)

Ver publicación original en www.elmundodelgato.com

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