La obesidad es la primera pandemia no infecciosa del siglo XXI y también afecta a nuestros amigos de cuatro patas
En tiempos de coronavirus parece casi imposible hablar de otra pandemia, sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado a la obesidad como la primera pandemia no infecciosa del siglo XXI. Una pandemia, que al igual que la COVID-19, comparten las personas con los perros y los gatos.
Algunos estudios recientes sitúan la prevalencia de la obesidad canina entre el 22% y el 50%[1], y en los felinos entre el 19% y el 52%[2]. De hecho, dentro del reino animal, los perros y los gatos son los más propensos a sufrir esta enfermedad. ¿Influyen entonces los cuidadores en el peso de sus amigos de cuatro patas?
“Nuestras mascotas han pasado a ser parte de nuestra familia y por lo tanto queremos compartir con ellas no solo momentos y juegos, sino también nuestro tipo de alimentación”, comenta Alicia Fernández Vitali, auxiliar técnico veterinario especialista en nutrición canina y felina de AniCura Abros Hospital Veterinario. “Los cuidadores muchas veces expresamos nuestro afecto hacia las mascotas a través de los alimentos, pero tenemos que ser conscientes de que no debemos basar la forma en la que les comunicamos cariño mediante la comida. No obstante, existen otros factores importantes que también condicionan el peso de las mascotas”, añade la especialista en nutrición canina y felina.
¿Por qué mi mascota cada vez pesa más?
Puede que un gatito o perrito con unos kilos de más nos resulte muy gracioso a los humanos. Sin embargo, debemos tomarnos su dieta y actividad física tan en serio como la nuestra. En palabras de Alicia Fernández Vitali: “La obesidad es una patología y puede acarrear enfermedades realmente importantes como la diabetes mellitus, trastornos articulares, cardiovasculares, dermatológicos, respiratorios, urinarios, hipertensión, pancreatitis, hiperlipidemia, esterilidad y cáncer. Además, de constituir un riesgo anestésico y quirúrgico muy serio. En este sentido, el asesoramiento y el control por parte la clínica veterinaria es clave para evitar que el animal sufra obesidad”.
[1] (McGreevy y col., 2005; Colliard y col., 2006; Holmes y col., 2007).
[2] (Sloth, 1992; Robertson, 1999; Russell y col., 2000; Harper, 2001; Lund y col., 2005)
Fuente: AniCura, clínicas y hospitales veterinarios especializados en animales de compañía.