Madre Tierra

Un perro significa una gran alegría para nuestras vidas y nuestras familias. Sin embargo, también representa una gran responsabilidad. En este texto te propongo 6 claves para entender a tu perro y así lograr que te obedezca, no se orine en casa y mantenga una convivencia maravillosa con tu familia.

¿Qué piensa en realidad?

La mayoría de los
propietarios creen que cuando su perrito corre a su lado al llegar a casa,
saltándoles encima, los están saludando… pero lo más seguro es que el animal
quiera comida, atención y se esté mostrando dominante. Quizá no tiene nada que
ver con un “me alegro de que hayas vuelto”.

Por supuesto, hay
personas que están contentas con esa visión del can y no quieren cambiarla.
Estos, que a veces se niegan a la realidad, suelen tener perros mentalmente
desequilibrados, que sufren de estrés, angustia y, probablemente, se vuelven
ruidosos, malhumorados y agresivos.

Todo porque no se
les deja ser perros. En eso radica el problema: en la ignorancia humana del
mundo canino. Criamos a los perros como a niños, y no como a lo que son.

Para gozar de un animal
completamente equilibrado, dócil, de buen comportamiento y grata compañía,
debemos ser conscientes de cómo funciona su mente y poder educarlo en
consecuencia.

En primer lugar, recordar
siempre su origen: el lobo. Y el lobo es ante todo un animal de manada, un ser
territorial, jerárquico y cazador.
Eso implica una serie de
cosas: precisa de una familia, de un hogar, de una jerarquía y disciplina, y de
mucho ejercicio.

El perro ya no es un
salvaje que habita en los bosques y caza ciervos, pero sus necesidades básicas
siguen siendo las mismas, a saber:

Comida

Primordial en toda
criatura. Parece absurdo nombrarlo, pero es sorprendente la cantidad de gente
que olvida que los perros comen… Y no comida humana. Ahí está uno de los
meollos del asunto: el alimento de los seres humanos es mayormente
perjudicial para los canes. Un perro necesita comida de perro.
Parece
lógico, ¿verdad?

Cobijo

Es decir,
territorio. Un hogar. Estamos ante un ser profundamente hogareño. Da igual que
viva en una inmensa mansión con enorme terreno, o en una casita diminuta. La
cuestión es que tenga un lugar en el que se sienta a salvo, en el que esté
seguro.

Compañía

Una familia. Qué
obvio, ¿no? Tratamos con un perro, un animal entre cuyas necesidades
primordiales se halla formar parte de una manada. Da igual que la manada esté
integrada únicamente por él y por su dueño, en este caso, tú. No importa si son
10 miembros o solo 2, la cuestión es poder contar con la compañía constante de
otra criatura, de alguien que pertenece a su familia.

Cariño

Otra obviedad que
mucha gente olvida. Un perro no es un adorno, no es un mueble ni un juguete.
Es un animal, está vivo y tiene sentimientos, y como tal necesita que se le
quiera, que se le dé afecto, igual que él lo regala a su dueño.

Disciplina

En otras palabras,
necesita una clara jerarquía a través de la cual encontrar su lugar en el
mundo. Quiere, le urgen, unas normas, unas leyes a las que ceñirse. Requiere
un líder que le guíe, y ese debe ser tu lugar.
Esto es vital para tener un
can contento y sin malos comportamientos.

Ejercicio

¡Mucha gente olvida
esto! Olvidan que el lobo podía pasar corriendo largas horas en busca de
comida, y que el perro en sus orígenes tenía una función, fuera cual fuera.
Servía como pastor, como animal de búsqueda, como cazador, guardián…Tenía un
trabajo, una misión que lo ejercitaba día a día. Ahora, muchas veces, no hay
trabajo que valga, pero eso no significa que sus necesidades hayan cambiado.

Nuestro amigo debe
hacer ejercicio. De lo contrario, toda su energía se convierte en angustia y
frenesí, y conseguimos un animal histérico que no sabemos cómo controlar.

Estas son bases de
la psicología canina, claves para entender el comportamiento de un perro. No
son muchas, no son complicadas, pero debemos conocerlas y obrar en
consecuencia, si queremos que nuestro compañero sea feliz y obediente.

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