La parvovirosis es una enfermedad vírica que se transmite de manera oro-nasal afectando al tracto intestinal.
Si bien puede afectar a nuestro perro a cualquier edad, se muestra más agresiva en los cachorros.
Es por ello que es inoculada la primera dosis contra el parvovirus a los 45 días de vida.
La importancia de ponernos en manos de profesionales formados en una Universidad de Veterinaria, en las primeras 48 horas podrá evitar que pueda derivar en un caso mortal.
Suele estar presente en las heces y orinas infectadas, pero también puede encontrarse en comida y en la leche materna, en el caso de cachorros.
Por ello la vacunación se realiza a tan temprana edad. Además, se ha detectado en objetos, e incluso en nuestro calzado al pisar restos o pelo animal y en las patas de nuestras mascotas.
El principal problema del parvovirus es que los perros infectados tienen en su cuerpo el virus como mínimo tres semanas, y tras su recuperación, se mantiene en sus excrementos largo tiempo.
Este virus tiene tendencia a la mutación, pero hay una serie de síntomas comunes a cada cepa que pasamos a precisar:
Los síntomas se pueden confundir con la gastroenteritis, por lo que debemos ir urgentemente a la clínica veterinaria, a pesar de que en el mercado hay un test del parvovirus.
Insistimos: ante cualquier sospecha se debe acudir inmediatamente a la clínica.
No hay un tratamiento específico, con lo que se estimula el sistema inmunológico, se trata la deshidratación y el resto de síntomas.
Se administra antibióticos para prevenir la septicemia, ya que esa debilidad que produce la infección vírica es aprovechada por bacterias que atacan al intestino.
Tras el diagnóstico y el tratamiento, si no es necesario la hospitalización, se seguirán las indicaciones del profesional en veterinaria.
Éstos son algunos consejos básicos:
Transcurrido el tiempo necesario para su recuperación, el veterinario te indicará que puede volver a su alimentación diaria.
Aunque parezca extraño, hay razas con una predisposición al virus de la parvovirosis, estas razas son:
También hay factores como el estrés o los parásitos intestinales, entre otros.
La vacunación será una herramienta de prevención fundamental para proteger a nuestro perro, poniendo todas las dosis de la vacuna y siguiendo el calendario vacunal, ya que se pone un refuerzo del parvovirus una vez al año.
Es fundamental tener a nuestro perro desparasitado tanto interna como externamente y mantener una higiene adecuada, tanto en el perro, bañándolo de manera frecuente, así como en los utensilios y sus juguetes.
Si nuestro cachorro está sin vacunar, es imprescindible evitar que esté en contacto con otros perros o sacarlo a la calle.
Te recomendamos que cuando adoptes o acojas a un perro preguntes y que te faciliten su cartilla con todas las vacunas al día.
Su salud es tu tranquilidad.