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Un consultorio dental en Zanesville, Ohio (Estados Unidos) cuenta con un adorable miembro del personal que hace que las personas estén ansiosas por sus citas. El Labradoodle de 1 año llamado Dwight, es un grandioso «perro dentista» y se siente muy orgullo de su labor en Sulens Dental Studio.
Dwight va a trabajar junto a su madre, una higienista dental. El adorable y tranquilo Labradoodle es un gran apoyo para los pacientes que sufren de ansiedad y les ayuda a estar relajados durante sus consultas.
Este encantador chico inició su preparación como un perro de terapia desde las 12 semanas de edad. Aún se encuentra practicando y asiste a su escuela dos veces por semana. Su madre siempre supo que era ideal para esta labor.
Jensen McVey, la entrenadora de Dwight dijo a The Dodo:
«Dwight definitivamente nació para ser un perro de terapia. ¡Es extremadamente dulce y nunca ha conocido a un extraño!».
Según estudios de la NCBI, cerca del 36% de las personas, sufren algún temor al dentista, lo que puede tener serias repercusiones en la salud bucal, pero Dwight sabe cómo ayudar a hacer mucho más llevadera la silla del dentista.
Los perros de terapia tienen un impacto muy positivo en los problemas de ansiedad y miedos de las personas, y en este caso específico, la visita al dentista.
La labor de Dwight inicia tan pronto como un paciente ingresa al consultorio, los recibe y menea felizmente su cola. Si el paciente requiere de ayuda adicional, el Labradoodle lo acompaña durante el tiempo que dure el procedimiento indicado.
Jensen dice:
«Dwight definitivamente puede emocionarse y jugar cuando el momento lo requiera, pero por lo demás es un perro tranquilo. Es muy divertido trabajar con Dwight y a todos mis empleados les encanta trabajar con él y les encanta verlo entrar».
Su presencia ayuda a generar una experiencia más relajada y divertida para los niños que se sienten asustados y les hace sentir cómodos.
Jensen agrega:
«También está capacitado para colocar suavemente y aplicar presión a pacientes nerviosos o para colocar suavemente sus patas para que la gente pueda acariciarlo y dejar de pensar en estar en el dentista».
Su trabajo se ve recompensado con golosinas y un BarkBox mensual, pero seguramente lo que hace más feliz a Dwight es compartir tempo junto a su familia de la clínica dental ayudando a las personas a cuidar de su higiene dental.
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